http://www.upyd.es/contenidos/noticias/5/19649-Visita_de_la_princesa_Ana_de_Inglaterra_a_Gibraltar
Hace tres siglos, durante la Guerra de Sucesión Española, el Almirante Rooke reivindicó Gibraltar para la reina Ana de Inglaterra. Desde entonces, España está reclamando la soberanía de la Plaza. Más recientemente, la ONU ha indicado explícitamente y en repetidas ocasiones que Gibraltar debe ser devuelta al Reino de España. En la página 586, del tomo 10 de la Enciclopedia Británica de 1879, se puede leer que la ocupación británica de Gibraltar fue un “acto de piratería contrario al honor de Inglaterra”. Gibraltar es también hoy refugio de piratería para millares de empresas libres de impuestos que no operan localmente. En la actualidad hay 81.000 empresas registradas en un territorio donde residen 28.603 habitantes, y donde el lavado de dinero constituye su principal actividad económica (según informes GAFI-OCDE). Con la ayuda y beneplácito de Gran Bretaña, han hecho las leyes fiscales a la medida de sus necesidades. Unas leyes que son declaradas ilegales constantemente por la Comisión Europea. Gibraltar incumple más de sesenta directivas europeas, por lo que la Comisión Europea pide a Gran Bretaña que elimine la legislación fiscal de la Colonia. Es un escándalo que España, Gibraltar y el Reino Unido no tomen las medidas necesarias para acabar con esta situación. También es frustrante que el resto de Europa consienta (a través de la inacción) la última colonia en suelo europeo, y no se actúe con la contundencia que otorga la razón.
El Reino Unido debería recapacitar y dejar de promover estas situaciones, por diversos motivos. Entre ellos está el hecho que Inglaterra no está en posesión de una completa soberanía de Gibraltar ya que en Utrecht no se cedió la Jurisdicción Territorial; lo que significa incapacidad legal para otorgar leyes en el territorio. Este hecho incapacita para la acción de gobierno. Además, en el Tratado de Utrecht de 1713 solo se contempla la cesión de la roca sin las aguas circundantes. También excluye el Istmo y cierra toda comunicación por tierra con el resto de España. El escandaloso saqueo protagonizado recientemente por la empresa OME cuyas embarcaciones “Ocean Alert” y Odyssey Explorer”operaron desde la Colonia, es una reciente evidencia de la flagrante violación de la jurisdicción de las aguas circundantes. Pero en estos momentos las cosas se están complicando todavía más debido al llamado “Proyecto del Este” donde se está ganando terreno al mar. Los 380,000 m2 de superficie que se pretenden ganar suponen una descarada violación de la soberanía de España: País socio, amigo (al menos en teoría), y aliado de Inglaterra desde hace décadas. Para colmo, no existe el preceptivo informe europeo de Impacto Ambiental para un proyecto que influirá negativamente en las corrientes y mareas de las costas andaluzas. Por ello es necesario que Bruselas intervenga. En cuanto al Itsmo, ahora ocupado contra la Ley por Gran Bretaña, fue prestado a los ingleses en el siglo XIX por causas humanitarias y por patriotismo (muchos españoles consideramos a los gibraltareños como nuestros compatriotas). Una epidemia de fiebre amarilla obligó a aislar a la población afectada en la zona del Istmo que se dejó por España a tal efecto. Sin embargo, Inglaterra se quedó y ahí siguen… En justicia, Gran Bretaña debe devolver la soberanía de Gibraltar al Reino de España, dando la posibilidad de mantener la ciudadanía británica para los ciudadanos gibraltareños que así lo deseen.
En 1862 el estadista británico John Bright afirmó que Gibraltar fue usurpado por Inglaterra en unos momentos en los que no había guerra entre españoles e ingleses, por lo que esa acción contravino toda ley moral y cualquier código de honor posible.
Si Gibraltar es el último Santo Grial de su pasado colonial, la música de bienvenida con el tema de Indiana Jones resulta bastante apropiada para lo que parece una búsqueda de paliar la menguante Metrópoli que intenta hacer de la ocupación su última ilusión en la Historia.